El Bitcoin, la criptomoneda más utilizada en el mundo, perforó este jueves los US$ 26.000 y alcanzó su menor valor en dos meses, en un contexto de aversión al riesgo por el temor a que la Reserva Federal (FED) instrumente nuevas subas en su tasa de interés y la noticia del pedido de quiebra en EEUU de Evergrande, el gigante inmobiliario chino.
La criptomoneda llegó a cotizar este jueves a US$ 25.350, lo cual representa una pérdida diaria de 11% -la mayor en un solo día desde el 9 de noviembre último-, aunque luego moderó la caída hasta los US$ 26.500, según el portal Coinmarketcap.
Además del Bitcoin, otras criptomonedas alternativas como Ethereum, BNB, XRB, Cardano y Solana también registraban caídas en las últimas 24 horas de entre el 8% y 15%.
La caída en las cotizaciones de las criptomonedas había comenzado el miércoles último, luego de que los inversores comenzaran a refugiarse en activos considerados más seguros, como los bonos del Tesoro estadounidense, luego de que se conocieran las últimas minutas de la FED.
La entidad monetaria de Estados Unidos reveló el miércoles último que, en su última reunión, los funcionarios aún están preocupados por la inflación, lo cual podría llevar a que dispongan de más aumentos de tasas.
A esto se le suma los últimos datos económicos, tanto laborales como de actividad, los cuales se mantienen sólidos pese al ajuste monetario.
Todo esto rompe con las expectativas que tenían los mercados, quienes anticipaban hasta hace poco que la FED no haría más subas de tasas de interés en lo que queda de este año.
Sin embargo, el fuerte desplome se advirtió por la tarde, cuando se dio a conocer que Evergrande, el segundo desarrollador inmobiliario más grande de China, se declaró en bancarrota bajo el Capítulo 15 de la Ley de Quiebra, ante los juzgados de Nueva York.
La medida protege sus activos estadounidenses de los acreedores mientras trabaja en un acuerdo de reestructuración en otros lugares, según consignó Bloomberg.
Evergrande Group posee más de 1.300 proyectos urbanísticos en más de 280 ciudades de China, un sinfín de inversiones en otros sectores de la economía y una deuda estimada en US$ 300.000 millones, cuyo potencial default pondría en jaque al sistema financiero internacional.